LA CUESTION DE
LOS IMPUESTOS
Alberto Vargas Peña (miembro de la Fundación Libertad)
Al aparecer u proyecto de impuesto a la renta personal, propiciado por
el Ministerio de Hacienda, se ha reabierto la discusión ideológica acerca de los
impuestos. Me parece que conviene aclarar que piensan los libertarios y liberales sobre la
cuestión.
Para nosotros el impuesto es una contribución. La diferencia no es
solamente semántica, es muy profunda. El impuesto es una obligación sin contrapartida,
en cambio la contribución, aunque se convierta en obligatoria, exige contrapartida y
control.
Para los liberales y libertarios la contribución se origina en un
mandato al representante sentado en un Congreso. Es indispensable entonces que la
vinculación entre el elector y el representante sea directa, no intermediada. Se
contribuye porque así lo resuelve el pueblo, hasta el límite que resuelva el pueblo y
con los controles que imponga el pueblo. El impuesto lo impone el gobierno; la
contribución la decide el pueblo.
El mismo origen del "Congreso" o "Parlamento" es el
de definir, limitar y dar destino a la contribución. Los liberales y libertarios pensamos
que la soberanía del pueblo incluye el control y sobre todo la limitación de la
contribución.
La democracia es el sistema de gobierno liberal; no puede haber
"democracia socialista", esto es ya un axioma hoy. El hecho que los
socialistas-partidarios del impuesto y no la contribución- participen del sistema
democrático no quiere decir sino que se encuentran utilizando sus resortes para su
posterior destrucción. El socialismo siempre tenderá al autoritarismo, mientras que la
democracia tenderá a la limitación del poder. El socialismo participa del sistema para
buscar, desde adentro, pervertirlo y convertirlo en otra cosa; y el impuesto es una de las
herramientas de esa lucha, como lo es la representación proporcional.
La democracia es un sistema que no puede funcionar si alguno de sus
engranajes es cambiado o pervertido. Si la contribución se convierte en impuesto y la
representación deja de estar vinculada directamente a una circunscripción electoral para
estar vinculada a un partido político, la democracia deja de funcionar como tal. El
gobierno, en la democracia, es sometido a frenos y contrapesos, entre los cuales se
encuentra la contribución ciudadana, mientras que en las formas autoritarias el impuesto
viene de arriba y se aplica sin control, límite ni aceptación de ninguna clase.
En el Paraguay no hay democracia, ni siquiera conocimiento de cómo
funciona en realidad la democracia. Por eso se sacraliza al impuesto y se desconoce la
contribución. Hay muy poca gente que tenga una idea aproximada de cómo funciona el
sistema democrático y por qué. La situación en que se encuentra el país es
consecuencia de eso. Toda la economía se resiente cuando el gobierno puede
"imponer" y, consecuentemente, hacer con el impuesto lo que le da la gana.
El gobierno, según la concepción liberal, no tiene derecho a recibir
ninguna contribución; la recibe condicionada, y si viola los términos de la condición
debe irse o no recibir la contribución.