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Wasmosy no ceja

Alberto Vargas Peña (F. Libertad) 

20 de febrero de 2001

Juan Carlos Wasmosy fue el hombre que logró, gracias a su vinculación con Bill Clinton, a traves de Mark Jiménez, el filipino acusado de más de once delitos en los Estados Unidos, derribar al gobierno constitucional del presidente Ing. Raúl Cubas.

Lo pudo hacer porque la embajadora estadounidense Maura Harty participó activamente y gracias a su acción las Fuerzas Armadas paraguayas respondieron a los golpistas y no al gobierno legítimo; porque el gobierno estaba presidido por un empresario timorato asociado a Wasmosy en varios negocios de infraestructura vial; porque se había realizado una hábil campaña contra el Gral. Lino Cesar Oviedo presentándolo como Satanás con gorra militar y porque la muerte del vicepresidente Luis María Argaña fue presentada como un atentado.

El triunfo de Wasmosy fue el triunfo de la estrategia sobre la improvisación y del dinero sobre la indigencia.

         Hoy Wasmosy está acusado de una serie de delitos, todos ellos cometidos durante su presidencia; por uno de ellos se encuentra desaforado y a punto de sufrir una sentencia de ocho años de prisión.

Wasmosy, un hombre extremadamente rico - se habla de que posee dos mil quinientos millones de dólares - y capaz de todo como ya lo ha demostrado, se encuentra haciendo todo lo posible por evitar tal destino.

En Asunción se habla de un golpe militar manejado por la gente de Wasmosy, para cambiar su destino.

Se forzaría la renuncia del Dr. González Macchi, usurpador de la presidencia de la República y a quien nadie defenderá; de la de Julio César Franco, vicepresidente electo que no parece tener ninguna gana de ocupar la presidencia y a quien recientemente acusó la gente de Wasmosy de estar a sueldo de González Macchi, a quien defenderá el PLRA y el oviedismo mal que les pese, y el nombramiento del Dr. Raúl Sapena Brugada, de quien se dice que es wasmosista, por sus vinculaciones de amistad y compañerismo de infancia.

         Los movimientos militares; la renuncia del Ministro de Defensa y su reemplazo por el Almirante Candia; el reemplazo de Candia en las Fuerzas Militares por el Gral. Garrigoza y el de Garrigoza como jefe del Ejército por el Gral José Key Kanasawa, todos wasmosistas, hacen pensar en que el proyecto de Wasmosy se encuentra en plena y exitosa ejecución.

En Asunción se habla ya que el usurpador estaría negociando su renuncia sobre la base de su retorno al Senado y una vida sin molestias, es decir, sin análisis del tiempo en que estuvo en el gobierno usurpando el poder y formando parte de la peor corrupción que el Paraguay haya tenido en mucho tiempo.

         Se dice que el Gral. Rejis Romero fue enviado a Buenos Aires a contactar con el Ejército argentino, para conocer la posición de esa fuerza con respecto a cambios no constitucionales en Asunción.

Se dice que afirmó allá que el golpe contaba con el apoyo del PLRA y el oviedismo. A raíz de ello, El Dr. Miguel Abdón Saguier fue invitado a Buenos Aires, donde explicó la posición del PLRA que preside: no se acepta nada que rompa el orden constitucional. Si renuncia González Macchi, el presidente debe ser Julio César Franco.

Se dice que Saguier, conjuntamente con el brigadier gral. argentino que hacía las discretas averiguaciones consultaron con el Gral. Lino Oviedo, detenido en el Brasil, y se dice que Lino Oviedo rechazó de plano la posibilidad de que el sucesor de González Macchi fuera otro que Franco.

Los países del MERCOSUR han hecho saber claramente, mediante unas extrañas declaraciones del embajador argentino Horacio Berro Madero, que "los paraguayos deben elegir su gobernante". Los paraguayos han interpretado esta afirmación como que los días de González Macchi están contados y que el MERCOSUR no admitirá un nuevo usurpador en la presidencia del Paraguay.

          Mientras tanto, a Peter Romero, el artífice de la política de Clinton en el Paraguay, le quedan pocos días en el cargo, pero mientras tanto ya lo han apartado tanto de las cuestiones paraguayas como las colombianas, peruanas y ecuatorianas, países que convirtió en desastres. Wasmosy tenía en Peter Romero un firme aliado.

        El hecho es que Wasmosy no ceja en su afán de eludir la justicia que le pisa los talones y en mantener el poderío que le dio su dinero en las Fuerzas Militares paraguayas. El Paraguay está viviendo otra vez horas de zozobra a causa de este hombre que se hizo rico con los contratos de Itaipú e incrementó su riqueza con cinco años de manejo a voluntad de los dineros públicos paraguayos.

   

 

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