Los
liquidadores de los Bancos Unión SA y Oriental SA accedieron a
dieciseis millones de dólares de propiedad de esos bancos
destinados a resarcir a los depositantes de la pérdida de sus depósitos
a raíz de las dificultades sufridas por ambos bancos.
El
dinero debió ser depositado en un banco nacional y puesto a
disposición de los que sufrieron daño durante la crisis
financiera. En cambio, los liquidadores , según se informa, lo
pusieron en un fideicomiso en Nueva York buscando un rendimiento
alto a corto plazo.
Esta
es la historia oficial.
¿Pudieron los liquidadores actuar solos? Existe una
Superintendencia y un Directorio del Banco Central del Paraguay,
además de la Contraloría General, que tienen el deber legal de
controlar su actuación.
Dos
personas, el presidente del Banco Central del Paraguay, Washington
Ashwell, y el Dr. Julio González Ugarte, miembro del Directorio,
negaron primero y defendieron después, las actuaciones de los
liquidadores, mientras que el Superintendente guardó un prudente
silencio.
El
Dr. González Ugarte viajó " de vacaciones" a Nueva York
y dice que encontró el dinero que había desaparecido, y que estaría
colocado "según le informaron por teléfono" en un
fideicomiso, manejado por un particular, para inversiones de
"alto rendimiento". Los liquidadores afectados se
encuentran prófugos.
Entretanto el Dr. Julio González Ugarte se encuentra en una
extraña situación. Es Director del Banco Central y presidente de
una Fundación privada cuyo secretario es el Superintendente, y que
está en trámite de intentar conseguir un crédito de doscientos
millones de dólares mediante el aporte de una garantía
de...dieciseis millones de dólares.
Por
supuesto que no es ético que un miembro del Directorio del Banco
Central sea presidente de una Fundación privada ni que el
Superintendente sea su secretario, pero aparentemente no existe en
la ley una prohibición específica. La cuestión es que se dice en
Asunción que la operación atribuida a los liquidadores no es sino
la cobertura de la operación de la Fundación de Julio González
Ugarte.
El dinero utilizado es de propiedad de los Bancos Unión y
Oriental y debe ser devuelto a los depositantes afectados; fue
colocado, sin consulta y en secreto, en un fideicomiso para
invertirlos en inversiones de "alto rendimiento" cuyos
beneficios nadie sabe quien cobrará.
La
sospecha más fuerte es la que involucra al presidente del Banco
Central, al Director Julio González Ugarte y al Superintendente
Carlos Pecci, en una operación destinada a hacerse de doscientos
millones de dólares gracias a la garantía prestada con los
dieciseis millones de los Bancos citados.
¿Cuando aparecerá el dinero? Si hay suerte en julio de este
año. Si no hay suerte, jamás. Lo más probable es que los que lo
utilizaron lo repongan en esa fecha, si logran desviar, del Tesoro
paraguayo, los diecisies millones de dólares que mucha gente cree
que ya están perdidos.
Esta operación no tiene nada que ver con la que se tramó
con la compra de garantías falsas del AMRO Bank. Es otra de las
trapisondas existentes en el Banco Central del Paraguay.
Entretanto Washignton Ashwell, Julio González Ugarte y
Carlos Pecci siguen tan campantes en sus puestos, como si nada
hubiera pasado y como si las operaciones realizadas fueran legales,
éticas y de rutina.
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