El contrabando es un delito creado artificialmente. Se
trata del no cumplimiento del bando o la norma legal que
establece restricciones, impuestos o prohibiciones al traslado de
mercaderías de un país a otro.
Hoy
puede existir y mañana no. En su consideración no entra para nada
la moralidad sino el interés de un gobierno determinado o un sector
determinado de la sociedad. No atiende, casi nunca, al interés
general.
El
principal pretexto del bando es la protección de la industria
nacional. Quiere decir que para proteger los intereses de una
persona o un grupo de personas, se afecta el interés de toda la
sociedad, que no puede conseguir determinados bienes a precios de
mercado abierto.
Se
trata claramente de un atentado contra un principio constitucional (
el interés general prevalecerá sobre el interés o los intereses
particulares) y contra la soberanía popular.
El
soberano, no es el industrial sino el consumidor, pero es el interés
del industrial el que se protege con el bando, dentro de este
orden de ideas.
Otro
pretexto es el de la protección de la salud. Un grupo de personas
determina que el tabaco es insalubre y lo prohíbe; el tabaco, la
marihuana, la
coca
o lo que fuere.
Para
satisfacer el interés del grupo represivo, se coarta la libertad de
las personas de decidir, por sí mismas, que quieren consumir o
dejar de consumir. El bando en estos casos, atenta contra la
libertad individual.
Hay
casos en que el bando es moral. Cuando prohíbe la importación
de portadores de enfermedades, virus que puedan dañar a la población,
o animales portadores de ellas.
Entonces
el bando se justifica, porque ahí si defiende el interés
general.
El
bando no se justifica en absoluto cuando el pretexto es
limitar el ingreso de artículos suntuarios o metales y piedras
preciosas. ¿Por qué razón económica el gobierno tendría la
facultad de prohibir que una persona importe o exporte metales o
piedras preciosas? En ese caso, también el bando atenta
contra la libertad individual.
El
contrabando de mercaderías no masivamente nocivas- por
ejemplo leche, harina frutas o automóviles-
tiene las características de la rebelión del consumidor
contra la explotación de que es objeto por el gobierno.
Se
trata, ni más ni menos, que la irrupción del mercado libre en una
sociedad sometida al mercado cautivo o semi cautivo. En algunos
casos el bando tiene por único objeto el cobro de impuestos.
El impuesto, que es el otro pretexto del bando, es solamente
admisible cuando cumple con la contraprestación pactada.
El
impuesto no es sagrado ni ineluctable; es un pacto entre el
contribuyente y el administrador, sujeto a las reglas del mandato.
Si el administrador viola el pacto, el contribuyente no tiene por qué
cumplirlo.
El
contrabando es una actividad rutinaria e imposible de erradicar en
sociedades sometidas a bandos estúpidos y abusivos. ¿Prohibir
el ingreso de leche barata para proteger una industria láctea cara
no es una estupidez? ¿No es un abuso cargar de impuestos a la
importación de automóviles? ¿No es una violación del pacto robar
el producido de los impuestos en forma impune, bajo la protección
del sistema?
Mientras
el bando sea estúpido y abusivo, habrá contrabando, y no será
inmoral.
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