Tal
como estaba previsto la policía argañista creó un testigo al que
atribuyó la denuncia contra un ciudadano llamado Arlindo Nara, al
que habría visto arrojar una botella incendiaria contra el
escenario armado para Félix Argaña en la ciudad de Pedro Juan
Cavallero se escribe con v corta tal como firmaba el prócer -.
Lo que ocurrió en esa ciudad y en ese escenario, fue que un corto
circuito hizo estallar un altoparlante e incendió un pedazo de plástico
negro, de los que se utilizan para impermeabilizar techos , que cubría
el piso de madera.
La
propaganda argañista y sobre todo la prensa adicta a Juan Carlos
Wasmosy inmediatamente habló de atentado y de la existencia
de un cóctel molotov arrojado por alguien contra el escenario. Félix
Argaña, el candidato argañista, dijo que vio a una persona con una
botella. El primer parte de la policía, que relataba la verdad, fue
rápidamente cambiado por el que afirmaba la existencia del cóctel
molotov y el descubrimiento de quien lo había arrojado. El pobre
Arnildo Nara, cuyo único pecado es ser pariente de otro Nara
falsamente involucrado en el fusilamiento del cuerpo del Dr. Luis
María Argaña fue a parar con sus huesos a la cárcel.
Ahora
el testigo utilizado dice que fue obligado por la policía a
denunciar a Nara, y que no vio absolutamente nada, ni a Nara ni a la
botella conteniendo el supuesto cóctel molotov. Como yo había
anunciado en dos artículos anteriores publicados por Paraguay
Ahora, la novela wasmosista se repitió casi a la letra, con la
diferencia que ahora ya nadie la cree.
Parece
que el guionista original ya no está en la nómina de Wasmosy y
la imaginación de los que han quedado en el think tank
del ex presidente es de tercera clase. No pueden crear otra novela
que no sea la del auto atentado preferiblemente con cócteles
molotov ahora que ya no tienen acceso a las granadas militares de práctica
-la operación de prensa para hacer creer que ocurrió
lo que no ocurrió y la aparición de testigos falsos para dar visos
de verosimilitud a la patraña.
Los
verdaderos policías dieron un parte correcto en la primera versión,
que luego fue cambiado al aparecer el policía argañista que también
sacó de la galera el testigo falso. Y todo se vino abajo cuando los
periodistas de ABC Color lograron entrevistar al testigo y este dijo
la verdad.
¿Qué
esperaba Wasmosy obtener con esta nueva patraña? ¿Qué esperaba Félix
Argaña ganar con este nuevo episodio cómico? Wasmosy ganar tiempo
para salvarse de la cárcel que parece ser su destino inexorable por
los delitos cometidos durante su presidencia, la más corrupta de la
historia paraguaya, y a Félix Argaña le habrán hecho creer
que ganaría algunos votos o amedrentaría al electorado de Pedro
Juan, que es mayoritariamente liberal y oviedista. Una persecución
indiscriminada podría hacer el milagro de evitar una derrota que
las encuestas dicen que será catastrófica, con una diferencia
mayor a veinte puntos.
El
papelón del atentado inventado, sin embargo, ha trabajado en
contra.
Si
en esa ocasión Félix Argaña no tuvo mucha gente para escucharlo,
ahora no tendrá a nadie. Huyó como un pollo mojado cuando estalló
el altoparlante y después dejó que se inventara lo del cóctel
molotov. Son cosas que marcan. En el Paraguay el ridículo golpea más
que en ninguna otra parte.
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