LOS MUERTOS DE LA
PLAZA II
Alberto Vargas Peña (miembro de la Fundación Libertad)
El Sr Alejandro Herrndorf me escribe una corta nota, disconforme con mi
artículo "Los Muertos de la Plaza", publicado por este medio. Me trata de loco
y delirante pero, teniendo a su disposición un gran espacio para controvertir mi
opinión, no lo hace. Prefiere el argumento al hombre, un defecto del pensamiento lógico.
He dicho que para establecer la culpabilidad de alguien, en el asunto
De la Plaza del Congreso donde resultaron muertas siete personas, era
indispensable hacer una investigación seria, que no se ha hecho. No hubo
autopsias para conocer la trayectoria de los proyectiles ni de que
calibre eran, no se analizó si los disparos fueron a quemarropa para establecer si hubo
proximidad, ni hubo nada parecido a un análisis riguroso de lo ocurrido. El primer hecho
es que nadie sabe a ciencia cierta que ocurrió.
Hubo franco tiradores disparando desde el edificio Zodiac, situado al
sur oeste de la Plaza del Congreso. Se detuvo gente allí pero nadie hizo, o no se conoce
que se haya hecho, el peritaje de las armas utilizadas para saber si con esas armas se
había herido o matado a alguien. Walter Gamarra fue filmado disparando una pistola
automática, presumiblemente de calibre nueve milímetros, desde una posición tal que no
pudo haber acertado a nadie en la Plaza del Congreso, a no ser que cargara una bala
mágica, capaz de doblar una esquina.
Desde el techo del Congreso se disparó y hay gente que atestigua haber
visto los fogonazos. Nadie averiguó si en el techo del Congreso quedaron vainillas
servidas. Hay testigos que afirman que también se disparó desde el atrio de la Catedral,
pero tampoco hubo una investigación sobre ello. Esos son hechos.
Un herido testifica que encontrándose en el suelo, herido en un muslo,
se le acercó alguien con uniforme de policía y le descerrajó un balazo con un revolver
calibre treinta y ocho. El tiro fue a quemarropa, le dio en el estómago y el tirador lo
dio por muerto. Este es otro hecho. Hubo por lo menos una persona baleada desde corta
distancia. No conozco que haya ningún policía detenido por este asunto.
No he afirmado otra cosa que la necesidad que se investiguen los hechos
en forma seria y responsable. Gracias a eso me he ganado la etiqueta de "loco" y
"delirante". Reconozco que en el Paraguay racional de marzo, y en el marco del
odio que se ha desatado precisamente por juzgar las cosas a priori, yo soy algo diferente.
Aparentemente no se quiere que se investiguen los hechos, y se prefiere que un gran sector
de la población paraguaya siga apareciendo como culpable de algo en lo que tal vez no
tuvo nada que ver. Yo sigo prefiriendo que se investigue a fondo lo que ocurrió en la
Plaza del Congreso aquel viernes negro.
No sé si el Sr Herrndorf, a quien agradezco su nota conoce los
entretelones del famoso caso del 23 de Octubre de 1931, en el que se acusó al Dr José P.
Guggiari de haber ordenado la represión, a tiros de ametralladora, de una manifestación
que pretendía asaltar el Palacio de Gobierno.
La investigación seria demostró que los primeros tiros partieron de
la manifestación uno de los tiradores fue Manuel Frutos Pane quien reconoció
haber disparado con un revolver desde la vereda de enfrente de la Plaza del Palacio (en
realidad estaba subido a una columna del alumbrado público) fuente el libro de
Efraim Cardozo " 23 de Octubre" y que la guardia del Palacio, en ese
momento bajo ordenes del Cabo de Mar Manuel W. Chavez actuó sin ordenes de nadie,
cumpliendo con su deber de proteger el Palacio.
Inspirado en esos hechos, que provocaron el odio durante casi cinco décadas, es que
reclamo una investigación seria de los hechos de la Plaza.