Ha
comenzado la guerra contra el terrorismo, o mejor, se han producido
los primeros contrataques de los Estados Unidos a las bases
terroristas islámicas, después del ataque contra las Twin Towers
en Nueva York. Mientras Ben Laden reclama el apoyo de los musulmanes
para desatar una guerra santa, los Estados Unidos proclaman lo
mismo, con diferente retórica, para el apoyo d su causa.
La
causa de los Estados Unidos es la de barrer del mundo a los
religiosos portadores de la muerte y opresores de sus pueblos. Esa
es la bandera que siempre han levantado los Estados Unidos de América
en sus confrontaciones bélicas. Hay que reconocer que, en gran
medida, los triunfos de los Estados Unidos establecieron zonas de
libertad donde no las había. Pero también hay que lamentar que en
muchas partes, y como necesidad del esfuerzo de guerra tal vez, los
Estados Unidos impusieron a pueblos inocentes, las dictaduras más
opresivas y sanguinarias.
Las
necesidades de la Segunda Guerra Mundial, todavía en el horizonte
pero ya claramente inevitable, hizo que Roosevelt, en representación
de los Estados Unidos, impusiera al Paraguay al Gral. José Félix
Estigarribia y una dictadura que cristalizó con Higinio Morínigo y
fue sostenida, con Alfredo Stroessner, hasta febrero de 1.989. Las
necesidades de "cuidar el patio trasero" hicieron que
aparecieran los Trujillo, los Somoza, y toda la caterva de
dictadores que asolaron la América Latina. Las consecuencias de la
Segunda Guerra Mundial se extendieron hasta muy entrada a década de
los ochenta. El campeón de la democracia le dio la libertad a Japón
y Alemania, y condenó a la América Latina a sufrir las más
atroces tiranías.
La
Guerra Fría impuso una nueva serie de necesidades y las dictaduras
latinoamericanas, con el pretexto de combatir al comunismo,
combatieron a sus pueblos. Los Estados Unidos, ocupados con la URSS,
dejaron hacer bastante más. El campeón de la democracia, que
luchaba en el mundo por los ideales de libertad, dejaron que en América
Latina se oprimiese a los pueblos, en nombre de esa lejana e
inasible libertad.
Ahora
ha estallado una nueva guerra, en la que los Estados Unidos lideran
el bando de la libertad. Y otra vez se escuchan voces ominosas que
anuncian el retorno de los dictadores, porque esa es la necesidad de
los Estados Unidos. Ojalá que esta vez o se equivocan y
comprendan, de una vez para siempre, que el aliado confiable es el
que comparte los ideales.
|