La
semana pasada se difundió en Asunción la noticia que el Dr. Luis
María Argaña poseía un seguro de vida con las siguientes características:
Si moría de muerte natural cobraba un millón de dólares, mientras
que si moría de muerte violenta, en un atentado por ejemplo,
cobraba diez millones de dólares.
Por
supuesto de inmediato la gente seria se puso a investigar que podía
haber de cierto en la noticia, porque la presencia de un seguro de
tales características cambiaba por completo la orientación del
caso.
Los
brockers de seguros de vida en el Paraguay rápidamente desvirtuaron
el rumor. No es posible que haya existido una póliza con esas
características dijeron porque no hay compañía en
el mundo que asegure a políticos contra atentados. Yo también
comencé a tener dudas e hice una pequeña investigación por mi
cuenta.
Para
asegurar la vida de una persona las compañías de seguros que se
ocupan de tal riesgo son muy minuciosas. Exigen un análisis médico
completo, que figura adosado al expediente formado al cliente y
excluyen, casi invariablemente, riesgos tales como el pilotaje de
aviones deportivos o pequeños a no ser que la profesión del
cliente sea la de aviador en cuyo caso hay pólizas especiales
suicidio o asesinato y cuentan con cláusulas antifraude que
permiten a las compañías investigar hasta el más mínimo detalle
de la muerte de una persona antes de pagar.
Existen
muy pocas compañías en el mundo que se dediquen al reaseguro de pólizas
de vida, a tal punto que en los Estados Unidos hay solamente tres
grandes: Citizen Life, Pan American Life y Metropolitan Life.
En
Europa, la que conozco es una empresa inglesa, con más de
doscientos años de antigüedad llamada Eagle Star. En todos los
paises funcionan compañías de seguros de vida, pero en el Paraguay
hay una sola autorizada por el Banco Central del Paraguay que se
denomina Seguridad Anónima y es de propiedad de Manuel Fronciani.
Todas
las compañías del mundo, como se reaseguran unas a otras siguen el
mismo patrón de exclusión de ciertos riesgos. El seguro de vida es
para personas sanas, que hacen una vida normal y cuyo deceso puede
ser razonablemente previsto según una tabla estadística.
Argaña
era un destacado miembro de la sociedad política en el Paraguay,
pero no era significativo a nivel mundial como para que una gran
compañía, capaz de pagar una póliza de diez millones de dólares
modifique sus normas de conducta habituales. Es impensable suponer
que una compañía paraguaya pueda cobrar el reaseguro si no se
atiene a las reglas que son prácticamente inmutables. Si una compañía
paraguaya, y hay una sola legal, no podría hacerlo, mucho menos lo
haría una extranjera.
El
Esc. Nelson Argaña confesó a la prensa que su padre tenia un
seguro
y que la familia Argaña cobró la suma de aproximadamente
veintiocho mil dólares cien millones de guaraníes
Entonces, de todo lo dicho hay que concluir que Luis María Argaña
tenía un seguro normal de vida se trata de una cifra exigua
para un seguro especial y fue cobrado. Si ello fuera así
para estar seguros hay que examinar la póliza y el expediente que
la respalda se puede pensar que Argaña murió de muerte
natural.
En
realidad, hasta ahora no se ha probado que haya muerto en
el supuesto atentado del 23 de marzo.
Sería
muy útil a la investigación tomar en serio la cuestión del
seguro.
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