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El vacío radical

Alberto Vargas Peña (Fundación Libertad)

12 de abril de 2000

 

La candidatura radical a la vicepresidencia de la República, que según la Constitución debería ser para ocupar inmediatamente el sillón presidencial en manos hoy de un usurpador, está vacía. Figuran dos personas, pero ningún candidato. Ni Julio Cesar Franco ni Luis Alberto Wagner tienen estatura política o intelectual como para pugnar con alguna posibilidad de ganar.

Si bien Luis Alberto Wagner tiene alguna experiencia administrativa por haber sido gobernador del Departamento Central durante cinco años, carece en absoluto de visión de estadista, y está aferrado a ideas que eran antiguas en el año 1950 y que son sencillamente arcaicas, además de reñir con el pensamiento liberal; egresado de la Universidad de Córdoba, en Argentina, formó parte de una generación signada por la convicción "revolucionaria" de izquierda y es reacio a toda reforma del Estado, asunto que no comprende ni quiere comprender. Es un político de comité, electoralista, de ideas limitadas.

Julio Cesar Franco fue intendente de Fernando de la Mora, donde no aportó nada. Médico recibido en la Universidad de Asunción, tiene una formación filosófica endeble y es notoria su falta de ideas claras.

Diciéndose "liberal" es ferviente admirador de los dos peores tiranos que tuvo el Paraguay; José Gaspar França o Francia como se hacía llamar, y Francisco Solano Rojas, o López como quedó para la historia.

Historiador aficionado, no tiene otro discurso que el referido a los hechos del pasado, cuya esencia no comprende. O el referido a la componenda política, que maneja bastante bien, porque es, por naturaleza, un contemporizador.

Ninguno de los dos ha establecido una línea política clara con respecto al triunfo en las elecciones en caso de producirse, y ambos navegan en dos aguas, Franco más que Wagner, ya que su naturaleza lo impulsa a lo que los paraguayos llaman "camanduleo". Ninguno de los dos ha dicho claramente si reclamará o no la presidencia, como por Constitución corresponde, o que hará en el caso que lleguen a ganar.

Como ninguno de ellos es alternativa, es casi seguro que serán perdedores, Julio Cesar Franco con mayor seguridad que Wagner. Y es muy probable que su derrota sea en el fondo una bendición para el país, dadas sus características y su falta de pensamiento. Con cualquiera de ellos el Paraguay podría pasar de una inaguantable guatemala o un mortal guatepeor.

El caso es que el Partido Radical, fundado en 1977 – que pretende ser el heredero histórico del Partido Liberal Paraguayo lamentablemente desaparecido – no tiene candidatos para las elecciones del 13 de agosto del 2.000, cuando se cumplirán 64 años del ultimo retorno del liberalismo al poder.

Es trágico para la enorme cantidad de gente que adhiere al pensamiento liberal estar inhibida de participar en unas elecciones en las que tiene mucho que decir, o mejor, en las es la única que tiene realmente algo que decir. Los radicales, que son los que usurpan la representación liberal y se disfrazan con su nombre y su historia, presentan un enorme vacío.