Publicado
como editorial en el diario La Nación de Asunción
Un
personero del Banco Mundial, que ya se retira del país, ha expresado
su opinión de que la capitalización podría ser una solución
para el caso de la ANTELCO en lugar de la privatización. En un caso
la capitalización- lo que ocurre es que la empresa pública se
convierte en empresa mixta y, en el otro la privatización se
convierte en empresa privada.
El
Paraguay ya tuvo experiencias de empresas mixtas. Basta señalar dos:
COPACAR y COPAL. Cada una de estas dos tuvo un destino diferente.
COPACAR fue disuelta y el mercado de la carne liberado, y desde
entonces la ganadería paraguaya fue ganando posiciones y progresando
a ojos vista; COPAL fue convertida en APAL y terminó en un verdadero
desastre.
Ninguna
pudo mantenerse como empresa mixta.
La
capitalización de una empresa pública crea enormes problemas, sobre
todo en países sometidos a la corrupción, como es el Paraguay. La
empresa mixta tiene todos los defectos de la empresa estatal y ninguno
de los beneficios de la empresa privada; está sometida al dirigismo
gubernamental y la injerencia política y desde el inicio se presta a
maniobras con créditos que después tendrá que pagar el país
entero.
El
funcionario del Banco Mundial, lo único que en realidad desea, es
colocar un crádito para estudiar los pasos de la capitalización,
que tendrá como destino lo siguiente: Un fuerte componente de comisión
para el funcionario; una comisión adecuada para el gobierno; salarios
espléndidos para los expertos y la producción de un dictamen
lleno de lugares comunes archiconocidos .
La
privatización, es decir la venta, tiene que producirse después de la
desmonopolización,
para que el consumidor tenga la garantía de tarifas adecuadas, y
tiene que producir el efecto de la desvinculación total de la empresa
con el gobierno. El exceso de personal deber ser resuelto como en la
empresa privada, mediante las adecuadas indemnizaciones legales
establecidas en la ley 213. No debe haber leyes especiales para este
menester.
Una
vez que el personal queda desvinculado de la empresa, después de
haber cobrado la indemnización, la responsabilidad por su futuro
depende de cada uno y de nadie más.
La
transparencia al privatizar se logra únicamente mediante el sistema
de convertir la empresa en sociedad anónima y vender las acciones en
la Bolsa, cobrando el monto de inmediato, o por el sistema de pague
y lleve cash and carry -. En ese caso el gobierno se desprende
de la empresa vendida, cobra lo que tiene que cobrar y destina los
fondos producidos a lo que debe destinarlos.
Toda
la parafernalia que se arma para privatizar mediante leyes especiales
y combinaciones financieras es simplemente una comedia para robar. Y
hay que ver que en este asunto pretende robar el gobierno y pretende
hacer lo mismo el particular que propone las privatizaciones
complicadas.
Vender
es un acto simple, y cualquier complicación que aparezca tiene como
finalidad hacer que la venta no sea transparente.
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