LOS MUERTOS DE
MARZO
Alberto Vargas Peña (miembro de la Fundación Libertad)
El viernes 26 de marzo de 1999 hubo manifestaciones frente a la Plaza
del Congreso en Asunción y enfrentamientos menores con manifestaciones que se realizaban
en distintos puntos del centro de la ciudad. Frente a la Plaza del Congreso hubo muertos.
Siete en total. Se atribuyó esas muertes, inmediatamente, a francotiradores
pertenecientes al movimiento UNACE del la ANR, partido en el gobierno. Las muertes de la
Plaza, más que la muerte del Vicepresidente de la República, determinaron la caída del
gobierno constitucional y su reemplazo por una dictadura del Congreso.
Dejando de lado las circunstancias previas y tomando en cuenta
solamente lo sucedido la noche del 26 de marzo, hay que decir que diversas informaciones
señalan que: 1. Había franco tiradores en la terraza del edificio Zodiac, situado al
suroeste de la Plaza del Congreso y a unos cien metros de distancia. 2. Había tiradores
sobre el tejado del Senado. 3. Había tiradores en el atrio de la Catedral de Asunción,
situado a unos doscientos metros de distancia. 4. Había tiradores infiltrados en la
manifestación.
¿Quiénes fueron los que dispararon las balas mortales? Nunca se hizo
una autopsia de los cuerpos de los muertos para saber el calibre de las balas, la
trayectoria seguida y si fueron o no disparadas a quemarropa. Simplemente se atribuyó a
un bando la autoría de las muertes.
Está claro que los francotiradores, en situaciones como la descripta
no pueden tirar a determinados blancos sino al bulto. En medio de la obscuridad los
tiradores del Zodiac, supuestamente del UNACE y los tiradores del atrio de la Catedral,
supuestamente gente del jesuíta español Francisco de Paula Oliva, un viejo agitador
perteneciente a la Teología de la Liberación, debieron tirar a ciegas. En cambio los
tiradores del tejado de la Cámara de Senadores y los tiradores a quemarropa, pudieron
tirar a matar, discriminando las víctimas.
Es muy importante saber quienes fueron los que dieron en el blanco, no
para eximir de responsabilidad a todos los que utilizaron armas de fuego aquella noche,
sino para saber si hubo o no una conspiración que necesitaba víctimas mortales. Porque
yo sostengo, con la evidencia disponible por el momento, que quienes en ese momento
estaban perpetrando un golpe de estado, fueron los que , necesitando víctimas mortales,
deliberadamente acabaron con vidas inocentes.
Francisco de Paula Oliva y dos o tres periodistas radiales convocaron a
la gente a la Plaza del Congreso con el fin de derribar al gobierno constitucional. Esto
es un hecho y constituye motín o asonada; el senador Francisco José de Vargas, para
remarcar la característica bélica de la convocatoria, perifoneaba por las radios del ex
presidente Wasmosy la necesidad de fabricar cócteles Molotov, y enseñaba como hacerlo.
Este es otro hecho. Las Fuerzas Armadas estaban preparadas, por su
Comandante el Gral Torres Heyn, para intervenir a favor de los
complotados. Este es otro hecho. No hizo falta dar el golpe militar porque la sangre de
los sacrificados bastó para que el presidente Raúl Cubas cuyo nombre será
recordado por mucho tiempo, no en razón de su buen gobierno sino de su cobardía,
renunciara y huyera al Brasil.
Los muertos de marzo siguieron sirviendo para los golpistas. A caballo
de sus camisas ensangrentadas iniciaron una persecución salvaje contra todo aquel que se
opusiera al regimen ilegal surgido en marzo. Los asesinados aparecieron como héroes de un
combate que jamás se produjo, o de una lucha que nunca existió. Entonces, ¿qué es
lógico creer que ocurrió?
Es facil demostrar cómo murieron los siete de marzo. Bastaría con
exhumar sus cadáveres y hacerles una necropsia a fondo, con especialistas en el tema
no paraguayos por favor para conocer el calibre de las balas mortíferas, su
trayectoria y, sobre todo, si fueron disparadas o no a quemarropa. Porque tengo la
versión de un sobreviviente que relata que una persona, vestida con uniforme de policía,
le disparó a quemarropa y lo dio por muerto La pregunta es ¿por qué no se quiere
averiguar la verdad?