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Falta de decoro

Alberto Vargas Peña (F. Libertad) 

10 de enero de 2001

  

Acaba de ser descubierto por el diario La Nación de Asunción, que el padre del vicepresidente de la República es médico de PETROPAR, una empresa del estado paraguayo. PETROPAR es una de las empresas ficticias, organizadas para esquilmar al comprador de combustibles, y ha sido denunciada, desde su propia formación, como una de las cajas negras del régimen.

El Partido Liberal y el Partido Liberal Radical Auténtico han hablado pestes de PETROPAR, cuyo pasado es más negro que el petróleo crudo que jamás procesó. Pero el Dr Cástulo Franco, aprovechando la coyuntura de que su hijo es vicepresidente de la República se ha hecho nombrar médico de la institución, que no necesita un médico para nada.

Lo que le han dado a Cástulo Franco es una prebenda, una pequeña, miserable y rastrera prebenda de quinientos dólares mensuales, que como él mismo lo relató a la emisora 9.70 AM  estaba necesitando mucho, porque “tenía problemas económicos”.

¿Es que ya no queda decoro en la República del Paraguay? Julio César Franco, el hijo del médico contratado por PETROPAR analiza, según se miente, pasar a la oposición si su partido, el Radical Auténtico – me niego a llamar liberal a esa asociación – así lo ordena en la Convención de marzo del 2.001.

Tal análisis es una falsedad completa, puesto que, por lo que se ve, lo que está analizando Franco es cómo situarse mejor dentro de las componendas que existen en el gobierno, cuya repartija solicita.

Cástulo Franco le ha dado la razón a Euclides Acevedo, quien al ser acusado de prebendario ha dicho que nadie puede hablar de eso porque “al ministerio acuden todos los días a pedir favores ilegales”. Había sido que el primero en hacerlo era Cástulo Franco, que ahora obtuvo el favor, que inmediatamente ganó estado público. Un menguado favor, insignificante, de quinientos dólares mensuales con los que ha puesto en tela de juicio la dudosa honestidad de su hijo.

¿Por qué Yoyito Franco no ha exigido la presidencia como era de su derecho y como prometió al pueblo que haría? La razón ahora es evidente. Apuesta a un nuevo prebendarismo que comienza, cuando no, por la propia casa. Su padre ha conseguido una canonjía, le han inventado un puesto que innecesario, que eleva la lista de los empleados públicos. Médico de PETROPAR, una empresa intermediaria en la venta de combustibles, que no lo necesita.

La gente ya se pregunta que validez tienen las afirmaciones de Yoyito Franco cuando habla del achicamiento del estado, cuando su propio padre requiere, solicita y ocupa una canonjía pagada por el pueblo. Su credibilidad ha quedado arrastrada por los suelos, si es que todavía quedaba algo después de su felonía al desentenderse de las promesas hechas al pueblo.

         Yo creo que la falta de alcurnia ha terminado por desenmascarar definitivamente a estos radicales que alguna vez pretendieron tener la patente de pureza. Otros dicen que no es la alcurnia lo que falta, sino el decoro. Como quiera que sea, la medida está a la vista. ¡Y que menguada es! 

 

  

    

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