Alberto Vargas Peña (miembro de la Fundación Libertad)

ABC Color, el sábado 6 y el domingo 7 pasados, habla, por primera vez sin eufemismos, de la posibilidad que Juan Carlos Wasmosy, ex presidente de la República, sea el principal sospechoso de la organización del atentado que dio fin a la vida del Dr Luis María Argaña. Esta es una posibilidad manejada prácticamente por todo el mundo, en forma soterrada. Recuerdo que en varios artículos, fechados en marzo y abril de 1999 y publicados en La Nación de Asunción, hice mención de esa posibilidad, conectada con la participación de la embajadora estadounidense Maura Harty.

¿Por qué es sospechoso Wasmosy, aunque deba, todavía, presumirse su inocencia? Porque es el único que tenía motivos reales para eliminar al Dr Argaña y buscar la caída del gobierno de Raúl Cubas. Wasmosy tenía que ocultar cinco años de absoluta podredumbre de su gobierno, durante los cuales cometió todas las tropelías imaginables contra el pueblo paraguayo. Además de eso, el único enemigo mortal que tenía Wasmosy era precisamente el Dr Argaña. Hay que recordar que Wasmosy le robó a Argaña la posibilidad de acceder a la presidencia de la República al robarle el resultado de las elecciones internas de la ANR en noviembre de 1992.

Wasmosy es el único que tiene un "think tank" que lo asesora en cuestiones políticas y estratégicas; es el único que dispone los medios suficientes para llevar adelante cualquier proyecto que se proponga; es el único que dispone de un departamento de inteligencia capaz de intervenir en llamadas telefónicas y hacer seguimiento sistemático de personas y era el único que contaba con el apoyo de la embajadora Maura Harty para realizar acciones que impidieran el acceso del Gral Lino Cesar Oviedo al poder político que el pueblo le había otorgado a su lugarteniente Raúl Cubas.

Wasmosy tiene antecedentes que hay que hacer notar. Fue acusado en 1991 de hacer matar a dos sindicalistas en Itaipú, asunto que quedó en aguas de borrajas por influencia del gobierno del Gral Andrés Rodriguez. En el caso del asesinato del Gral Ramón Rosa Rodríguez – en el que estuvieron involucrados dos miembros de la embajada estadounidense Carlos Walter y John Ridley – tuvo una actuación por demás sospechosa, habiéndose quedado con pruebas materiales – un maletín perteneciente al Director de la SENAD asesinado –que luego entregó personalmente a la Corte Suprema de Justicia, con ocho días de retraso. También tiene como antecedente la sugerencia, hecha en presencia de un ex senador, de gasear a los campesinos sin tierra mediante un avión rociador.

Es resaltante que los aliados de Wasmosy, en realidad personal a sueldo como el senador Francisco de Vargas y el Diputado Marcelo Duarte Manzoni, sean quienes mas están haciendo para enturbiar la investigación del "caso Argaña" intentando responsabilizar a Oviedo y Cubas del crimen. Si se analiza todo lo sucedido en marzo pasado se verá que Wasmosy disponía de un ejército particular que se instaló en el tejado del Congreso; que tenía a su disposición a los campesinos sin tierra que venían a Asunción solventados por él y que el sacerdote jesuíta agitador Francisco de Paula Oliva también recibió apoyo financiero de Wasmosy.

Por otro lado fueron sus periodistas y sus medios, especialmente Herminia Feliciángeli, los que , casi antes de pruducido el atentado, realizaron el operativo de prensa que confundió a la opinión pública haciéndola mirar hacia Oviedo, cuando normalmente hubiera mirado hacia Wasmosy.