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EL CALLEJÓN SIN SALIDA

Alberto Vargas Peña (miembro de la Fundación Libertad)

El gobierno ilegítimo y usurpador del Paraguay ha entrado en un callejón sin salida. Con el abandono del "cogobierno" por el PLRA, sancionado por una aplastante mayoría del 70% en la Convención del sábado seis de febrero pasado, el usurpador perdió, no solamente un apoyo político importante, sino la carta de presentación exterior de su gestión.

Ahora ya no puede decir que hay una "alianza" que lo legitima, porque solamente le queda su sector de la ANR – que en realidad responde a la familia Argaña – y algunos políticos del PEN, un partido minúsculo y en plena disolución.

El senador González Macchi, que usurpa la presidencia de la República se encuentra ahora solo. Tiene como apoyo intelectual a los llamados "osos blancos" de la ANR, un pequeño grupo de políticos muy astutos, pero viejos y sin verdadera significación electoral, liderado por su padre, el ex ministro stronista Saúl González.

Sería un apoyo substantivo, si contara también con alguna fuerza política, pero ya no la tiene. ¿Y los poderes fácticos? El senador González cuenta con la fingida adhesión de algunos generales, que reciben sobornos y que, a la hora de la verdad, no significarán nada.

Su mando es ilusorio, porque quiérase o no, los mandos militares desde coronel para abajo, o son institucionalistas o responden al Gral. Lino Oviedo. En el momento en que estas dos fuerzas, el institucionalismo y el oviedismo pulan su relación, el senador González Macchi se verá desplazado por un golpe militar inevitable.

El gobierno del Sr. Clinton ha apostado por el senador González Macchi, en la equivocada creencia que es el mal menor. Peter Romero, su principal funcionario para América Latina, responde al ex presidente Juan Carlos Wasmosy, o por lo menos éste se ufana de tenerlo en su nómina.

Pero el gobierno de Clinton es crepuscular, se encuentra sumido ya en la batalla electoral y cada día será más débil para tomar decisiones que no puede presentar como impolutas al pueblo estadounidense. Una intervención no retórica de los Estados Unidos en el Paraguay, en caso de golpe militar, es impensable.

Argentina ya sabe quien es González Macchi y qué clase de gobierno tiene. Pasada la euforia del triunfo, De la Rúa enfrenta el contrabando masivo de drogas, armas, informática y la traiangulación de cigarrillos que plantea el Paraguay.

Cada día que pasa la relación se deteriora y no intervendrá para evitar la caída de un gobierno que nadie quiere en el Paraguay y que significa un problema en el MERCOSUR.

El Brasil ha accedido a recibir al usurpador, pero no se sabe si para darle una severa reprimenda – el usurpador permite que los sindicalistas de Itaipú pongan la represa más grande del mundo y que alimenta al Brasil en un 42% de sus necesidades de energía – en peligro.

El Brasil sabe ya a estas alturas a quien responden los sindicalistas y los denominados "sin tierras" que asaltan propiedades brasileñas. El Brasil sabe también que , siendo fuerte, no podrá sostener él solo un gobierno odiado por los paraguayos.

El golpe militar no será yugulado por el Brasil si el nuevo gobierno se compromete a tener a raya a los agitadores de Itaipú.

El usurpador se encuentra en un callejón sin salida. Y ya no tiene tiempo para nada. Su principal enemigo, el Gral. Oviedo, contempla socarronamente su deterioro, limitándose a hacerle la guerra de inteligencia, jaqueándolo continuamente.

El PLRA se volverá cada día más opositor y más crítico. Nadie puede descartar una alianza entre los opositores, es decir entre oviedistas, disidentes colorados, disidentes del PEN y el PLRA. Entonces habrá llegado la hora final.