ME ENCANTA LA
POLEMICA
Alberto Vargas Peña (miembro de la Fundación Libertad)
He leído hoy, con alguna sorpresa, que dos lectores nos acusan, a
Enrique y a mí, de cobardía y no aceptar la polémica pública. No he leído el correo
en que planteaban alguna clase de polémica, por eso no he contestado, ya que me encanta
polemizar. Ahora que estoy viejo, es mi deporte favorito.
Ambos correspondientes parecen estar en desacuerdo con mis ideas, pero
no he encontrado en sus cartas, publicadas en la edición de ayer de Paraguay Ahora,
ninguna refutación. Leo solamente insultos.
¿En que no están de acuerdo conmigo?
Voy a presentarme. Soy un liberal, hoy libertario. Mis opiniones tienen
como base filosófica mi adhesión a la libertad. En el caso del Gral. Oviedo he
defendido, y defiendo, su derecho de ser sometido a un debido proceso conforme a las leyes
del país.
Como se sabe, Oviedo fue sometido a un Tribunal Especial, prohibido por
la Constitución paraguaya, y se le aplicó una condena sin darle derecho a la defensa. La
Corte Suprema de Justicia avaló esa iniquidad porque no es en realidad una Corte de
Justicia sino el brazo político de un gobierno usurpador.
La calificación de gobierno usurpador viene de la Constitución.
Recomiendo a mis correspondientes leer los artículos 234 - que determina la sucesión
presidencial - y 137 y 138, además y especialmente, el 3ro.
Una vez aprendida esa lección, podrán darse cuenta, si tienen buena
fe, que mi defensa del Gral. Oviedo no se inscribe en la adhesión a una causa política
sino a principios que son los predominantes en todo Occidente.
¿Cómo ser liberal y libertario y no reclamar el debido proceso
siempre, aún cuando el involucrado nos disguste? ¿Cómo ser decente y no reclamar para
otros lo que se exige para uno mismo? Si acaso mis correspondientes no estuvieran de
acuerdo con mis posturas acerca del Ing. Juan Carlos Wasmosy, les sugiero que estudien a
fondo los documentos de la Contraloría General de la República, que demuestran que
Wasmosy ha sido el peor ladrón que se haya abatido sobre la pobre República del
Paraguay.
Ellos cantan. Cuando los examinen detenidamente podremos volver a
hablar de este tema. Si acaso mis correspondientes discreparan conmigo acerca de la
Iglesia Católica Apostólica Romana les recomiendo una serie de lecturas que podrán
aclararles las ideas.
Podrían comenzar por la Historia Criminal del Cristianismo y luego ir
Historia del Cristianismo de Paul Johnson -que es católico - y leer a Voltaire y Bertrand
Russell, por señalar algunos pocos autores.
En el Paraguay, la Iglesia Católica ha cometido errores políticos de
tan grueso calibre que prácticamente no vale la pena discutir sobre ello. Baste con
examinar los procederes de dos Arzobispos: Uno, Juan Sinforiano Bogarín y otro, Aníbal
Mena Porta.
No sé sobre qué otra cosa podamos estar en desacuerdo, ya que en sus
cartas no lo indican.
Si quieren polemizar, hagámoslo, pero no se quiera que yo ponga las
ideas y los demás los insultos.