Para robar los paraguayos tenemos una imaginación insuperable. Aquí
se han practicado todo tipo de robos al fisco y al banco central,
tantos y tan variados que su compendio podría ser la base de una
extraordinaria enciclopedia. Ahora hemos inventado la "clonación"
de bonos de la deuda pública, para eludir los límites de la
autorización del Congreso.
¿En que consiste la operación? La describiré para enseñanza
de todos los presidentes de bancos centrales de América, que
siempre están examinando nuevas formas de acceder al dinero público.
El Congreso vota cien millones de dólares en bonos de la
deuda interna. Entonces el Banco Central del Paraguay proporciona
esos fondos a Hacienda, en base a pagarés que se denominan
"bonos". El dinero sale de las reservas, cosa que está
absolutamente prohibida por la Constitución. Como la emisión de
bonos no está prohibida, entonces se burla a la Constitución con
la emisión de bonos.
Una vez obtenida a autorización del Congreso, Hacienda emite
los bonos y los cambia por dinero que gasta - teóricamente en el
Presupuesto - . Hasta aquí, todo es conocido. Pero los paraguayos
hemos tomado ejemplo de la oveja Dolly, y en lugar de un bono
hacemos dos, o tres, o los que se necesiten. Y el Banco Central
recibe bonos "clonados" y entrega dólares
"limpios" a cambio. En lugar de 100 millones de dólares
se obtiene lo que se quiere. Una buena fotocopiadora es suficiente.
En la Caja fuerte del Banco Central hay solamente papeles que
representan dinero, pero que no lo son.
Si la trapisonda no se descubre, hay una remota posibilidad
que Hacienda cumpla con la ley y devuelva el dinero, pero si la
trapisonda se descubre, entonces el dinero no volverá.
¿Quien es responsable de la maniobra que un Director del
Banco Central dice que hubo? ¿El Banco Central o el Ministerio de
Hacienda? ¿Quien se burló del Congreso? Hacer esas diferencias es
inane, porque tanto el Banco Central como Hacienda obedecen a la
misma persona, al presidente de la República que, curiosamente, es
usurpador. El Poder Administrador es el
que
se burló del Congreso, contando con la más absoluta impunidad.
Los bonos "clonados" no son todavía un desvío de
fondos, sino una emisión ilegal de dinero o un préstamo ilegal del
Banco Central a Hacienda, prohibido terminantemente por la
Constitución. Pero cuando se tiene Banco Central se tiene la
posibilidad de hacer cualquier cosa para "equilibrar" el
Presupuesto.
Si el dinero de los bonos "clonados" no retorna,
habrá estafa, pero para cuando se descubra o actúe la ley - que
curiosamente está en manos del usurpador - los responsables estarán
muy lejos, en algún paraíso antiextradicionario, gozando de su
astucia y del dinero que ella les proporcionó.
La podredumbre es ya extrema y nada funciona más. La
partidocracia, debida a la nefasta representación proporcional, ha
hecho que se toque fondo. El latrocinio es abierto y adquiere múltiples
formas. Las instituciones no funcionan, ni van a volver a funcionar.
Entonces ¿que queda?
Yo sé exactamente lo que hay que hacer para retornar al país
a la legitimidad, la libertad y la democracia. Lo que no sé es
como.
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