AUNQUE NOS PIDAN
PERDÓN
Alberto Vargas Peña (miembro de la Fundación Libertad)
La dictadura fue impuesta en el Paraguay el 18 de febrero de 1940. Y
fue, lamentablemente, el general más glorioso de la República, José Felix Estigarribia,
el que la impuso. Y Estigarribia era hombre de Franklin Delano Roosevelt. A partir de
allí, todos los "hombres fuertes" que causaron dolor, luto y pobreza al
Paraguay fueron hechura de los Estados Unidos de América.
Morínigo fue hombre de los Estados Unidos y Alfredo Stroessner
también.
Los embajadores del gobierno federal estadounidense, hasta Robert
White, apoyaron a la dictadura de manera decisiva. Las torturas científicas y
sistemáticas fueron introducidas en el Paraguay por personal oficial estadounidense, que
organizó a la siniestra Oficina Técnica. En la Escuela de las Américas, la "gran
democracia" enseñó a los militares paraguayos como oprimir y vejar a su pueblo.
Cuando Stroessner ya no sirvió, porque su sistema de gobierno
permitía el crecimiento de la ahora Ciudad del Este a costa de los sagrados royaltíes
estadounidenses, entonces organizaron, desde la Embajada, el golpe militar de 1989.
Andrés Rodriguez pasó a ser hombre de los estadounidenses y Timothy Towell su principal
apoyo político.
Wasmosy, el peor ladrón de la historia paraguaya, fue y sigue siendo
hombre de los estadounidenses. Jon Glassman, embajador de los Estados Unidos de América
impuso la ley 213, que causó el mayor desempleo en la historia del Paraguay y evitó las
inversiones extranjeras.
Robert Service organizó el golpe de mano llevado adelante por Wasmosy
contra su Comandante del Ejército, en abril de 1996, y Maura Harty derribó al gobierno
constitucional elegido el 10 de mayo de 1998, abriendo paso a este nuevo desquicio que
terminará en dictadura o guerra civil.
La intervención descarada de Stephen Mc Farland sostiene a un gobierno
ilegítimo, impopular y usurpador, que cada día que pasa recrudece sus atentados contra
la Constitución y los paraguayos. Los Estados Unidos han instruido a un cuerpo militar de
elite, para que sirva de soporte a la nueva dictadura.
Los Estados Unidos de América, o su gobierno federal, nos ha llenado
de leyes absurdas que han destruido nuestra esperanza de desarrollo, y han aniquilado el
único experimento exitoso de mercado absolutamente libre de Sud América, que era la
Ciudad del Este. En compensación, no nos han proporcionado su Constitución ni sus leyes,
sino una nueva y siniestra dictadura.
Lo que han hecho los Estados Unidos de América, o su gobierno federal,
contra los paraguayos no tiene perdón. De pueblo pobre y altivo, capaz de defendernos por
nosotros mismos aún contra los aliados de Estados Unidos, nos han convertido en
miserables, endeudados, oprimidos e indignos.
Ahora, después de analizar lo que han hecho con mi país, se han
caído la vendas que llevé muchos años sobre los ojos. Ahora comprendo la frase mexicana
que dice " Pobre México, tan lejos del cielo y tan cerca de los Estados
Unidos..."
Yo, por lo menos, ya no veré a los miembros del gobierno de los
Estados Unidos sino como enemigos. Aunque nos pidan perdón.