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EL DESEMPLEO EN LA ACTUALIDAD

Alberto Vargas Peña (miembro de la Fundación Libertad)

Los sindicalistas marxistas y neomarxistas – o quizá deba decir neoizquierdistas- responsabilizan al "neoliberalismo" del desempleo actual que se extiende, no solamente por el Paraguay sino por el mundo. Las cifras del desempleo son, cuando menos, inquietantes, y en un libro aterrador, Vivianne Forrester analiza el horror que significa ser desempleado en Francia.

Aparentemente los neoizquierdistas tienen razón, porque el desempleo parece coincidir con las medidas neoliberales adoptadas por el mundo en las postrimerías de los setenta y durante todos los ochenta. Las apariencias son solamente apariencia, y engañan. El neoliberalismo nada ha tenido que ver con el desempleo, cuya causa original es el tuitismo, o proteccionismo en la legislación laboral.

La legislación laboral "tuitiva" o protectora, comenzó a difundirse en el mundo después de 1920. Los sindicatos consiguieron cada vez más prerrogativas, y los patronos se vieron despojados, cada vez con mayor intensidad de su derecho de contratar y desvincular en los momentos oportunos. Para 1950, con la sola excepción de los Estados Unidos de América, las leyes "tuitivas" imperaban en todas partes. La industria necesitaba flexibilidad, y la buscó en la tecnología.

Ya en los años sesenta los japoneses instalaron los robots en las cadenas de montaje de automóviles, y la industria de los ordenadores pasó, de los garajes de experimentación a convertirse en la industria por excelencia. A los robots se agregaba la computadora, que eliminaba al ser humano y todos su problemas.

La nueva ola de tecnología con inteligencia artificial desplazó mano de obra que ya no podía ser reciclada. Al mismo tiempo, entre el año 1960 y el año 1990 el mundo pasó de 3.300 millones de habitantes a 5.300 millones. En 1999 la población mundial alcanzó los 6.000 millones. Mientras la tecnología desplazaba mano de obra, la población crecía a una velocidad jamás antes alcanzada: 1.85% . La medicina alargaba la vida humana y salvaba millones de bebés, pero la economía desplazaba mano de obra porque la robótica y la informática se imponían en las fábricas.

Las instituciones comenzaron a crujir y una de las respuestas, la más eficiente para solucionar el problema a nivel de gobierno, fue el neoliberalismo, es decir, el paquete de ajustes para hacer eficientes los gobiernos y su burocracia y liberar fondos públicos para enfrentar el desafío del creciente empobrecimiento a causa del desempleo. Mientras la torta económica crecía, los pueblos enfrentaban una concentración de riqueza por una parte y una creciente pobreza por la otra.

La izquierda no quiere analizar el problema en sus verdaderos términos porque se sabe culpable. Sus rigideces y estupideces, condenaron al mundo a una situación difícilmente reversible. Ahora, hay que buscar la fórmula que permita, sin hundir las economías, reciclar a personas que no pueden ya entrar en la "economía del conocimiento".

La situación es grave porque por primera vez en muchísimo tiempo el mercado no chorrea hacia abajo sino que concentra. Como el capital y el conocimiento están en pocas manos, y el trabajo es efectuado por máquinas inteligentes, el trabajo manual carece ya de valor. Quienes crean riqueza no necesitan sino de la contribución de unos pocos. Ese es el "horror económico".

¿Cuál es la responsabilidad del neoliberalismo? Ninguna. ¿Cuál es la responsabilidad de los liberales? Volver a diseñar un mundo que sin ceder en lo referente a la libertad funcione para enriquecer a todos y no para concentrar la riqueza en algunos y la miseria en demasiados.