El
diario ABC Color denunció que las cifras macroeconómicas dadas por
el Banco Central del Paraguay sobre el desempeño del país en el año
2000 fueron falseadas y encubrieron una caída del Producto Interno
Bruto de al menos 0.3%.
Es
necesario, a esta altura de los acontecimientos, decir las cosas con
la mayor crudeza porque el gobierno parece creer que sus mentiras
son operaciones exitosas.
Solamente
los cómplices del régimen inaugurado el 28 de marzo de 1999
pudieron pretender dar crédito a las estadísticas oficiales. Desde
esta columna se dijo que ellas no eran fiables ni posibles y que, en
cualquier caso, no lograban ocultar la creciente miseria que se
observa en el Paraguay.
El
gobierno del senador Luis Ángel González Macchi se ha constituido
en el más desordenado, ineficaz y corrupto de las últimas décadas
de historia nacional si es que no es ya, después de dos años de
gestión, el más desordenado y corrupto de la larga serie de
gobiernos desastrosos que sufrió el Paraguay.
El
descenso del nivel de vida de los paraguayos, que estadísticamente
se expresa en la creciente caída del PIB per cápita y que, como se
ha dicho, es observable a simple vista en calles, rutas, comercios,
regiones del país es consecuencia directa y necesaria de la
corrupción del régimen de marzo.
La
corrupción es la que determina que este gobierno tome siempre las
decisiones más onerosas, más perjudiciales, menos efectivas para
el país, pues ellas se basan en privilegios otorgados o coimas
recibidas o favores debidos o compromisos cobrados y nunca, nunca,
en el verdadero interés general.
Si
a eso se suma la tragedia judicial, con una administración de
tribunales completamente sometida al poder político y, además,
integrada por personas de la peor ralea, como las que ejemplifican
los últimos sonados escándalos habidos, se tiene una imagen más o
menos completa de las razones por las que las cifras con las que
alegremente mintió en Banco Central del Paraguay no eran, ni podían
ser, verdaderas.
La
economía paraguaya seguirá cayendo indefinidamente mientras esta
gavilla de delincuentes que se apoderó del poder en marzo de 1999
permanezca allí y esa triste perspectiva es una certeza completa
mientras los paraguayos no seamos capaces de vencer el miedo.
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