El
diputado Frankiln Boccia, perteneciente a la coalición de marzo
(grupo de fuerzas que derrocó al presidente constitucional Raúl
Cubas Grau el 28 de marzo de 1999), pretende relativizar la
importancia de las visitas que realiza a los presos políticos el
presidente del Partido Liberal Radical Autentico, Miguel Abdón
Saguier, quien estuvo también, en un principio, comprometido con
las mencionadas fuerzas hasta el punto de ser el primer ministro de
Relaciones Exteriores del presidente González Macchi.
Dice Boccia que las visitas que realiza Saguier se realizan a
título personal y tienen una connotación humanitaria y no política
que puede tener consecuencias negativas para el presidente del
radicalismo auténtico y su grupo.
La
defensa de los derechos humanos es, ciertamente, una responsabilidad
personal que atañe a cada paraguayo. Pero no solamente es una
cuestión personal. Es una obligación institucional, política y
moral que surge de la necesidad de evitar repetir en el Paraguay los
padecimientos que le impuso la dictadura de Alfredo Stroessner.
Lamentablemente
el régimen que encabeza Luis Ángel González Macchi y las fuerzas
que lo apoyan están cometiendo actos violatorios de los derechos
humanos contra sus adversarios, con el agravante de que lo hacen en
el marco de una campaña propagandística que pretende que esos
adversarios suyos, por estar acusados de cometer crímenes comunes,
no tienen derecho a recibir el trato que mandan las leyes y que
dignifica a la sociedad.
Ante
esa situación, cualquier persona mendianamene decente de cualquier
partido o grupo, no puede menos que levantar las banderas de defensa
de los derechos humanos, aunque los beneficiarios de esa defensa
sean adversarios o enemigos.
La
defensa de los derechos humanos de los ciudadanos paraguayos presos
y sindicados de oviedistas que realizan las autoridades del
Partido Liberal Radical Auténtico constituye una esperanzadora
posición institucional: ningún poder volverá a violar los
derechos humanos en Paraguay impunemente, ningún poder restablecerá
los apremios ilegales como método de acción en nuestra República.
La pretensión del diputado Franklin Boccia demuestra, sin embargo,
que las fuerzas que destruyeron la transición a la democracia en
Paraguay están despiertas, alertas e insertadas en todos los
movimientos y grupos de la sociedad paraguaya, listas para impedir
al país el restablecimiento de esa transición y de mecanismos
deecntes de convicencia social.
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