Según
declaraciones brindadas a los medios de comunicación por el Fiscal
General del Estado Aníbal Cabrera Verón, el día 13 de junio, el
pedido de extradición que el Paraguay presentará al Brasil para
lograr el regreso al país del ex general Lino Oviedo no se basará
en la condena a diez años que le fue impuesta aquí por un Tribunal
Militar Extraordinario y ratificada por la Corte Suprema de
Justicia, condena que es el origen de la grave crisis que vive la
República y de todo el caso Oviedo.
Hay
que recordar que si esa condena no se hubiera producido, el proceso
institucional paraguayo no hubiera sufrido los graves traumas que
sobrevinieron, que son, sumados a la desastrosa administración del
señor Juan Carlos Wasmosy, los que explican el rápido y creciente
deterioro de la calidad de vida de la sociedad así como la evidente
pérdida de autonomía internacional.
El
mismo señor Cabrera Verón dijo, en las mencionadas declaraciones,
que presentar tal condena a la administración judicial brasileña
"puede ser
cuestionable".
Por
su parte, el ex vice canciller Carlos Mateo Balmelli también dijo,
en declaraciones radiales, que tal condena causó problemas con el
pedido de extradición presentado ante Argentina y que no es
recomendable presentarla ante Brasil.
¿Por
qué "puede ser cuestionable" esta condena a diez años de
prisión impuesta a Lino Oviedo?
El
Fiscal General del Estado, que avaló la condena plenamente en su
momento, en diciembre de 1997 y abril de 1998, debe a la opinión pública
paraguaya una explicación sobre su sorprendente posición al
respecto. Si la actuación del aparato judicial que condenó a
Oviedo es válida y limpia, si está basada en la ley pre existente
y en el debido proceso, ¿cuál puede ser el problema que le induzca
a recomendar que no se someta esa condena al escrutinio del aparato
judicial de un país aliado y amigo del gobierno paraguayo?
El
señor Cabrera Verón debe explicar a los contribuyentes que le
pagan el salario si no será que esos elementos que "pueden ser
cuestionables en Brasil" son también cuestionables en
Paraguay, como de hecho han sido cuestionados, y si, siendo
cuestionables en Brasil, no será que fueron impuestos en el
Paraguay por vía indebida.
Las
autoridades nacionales no pueden decir alegremente cosas como la que
ha dicho el Fiscal Cabrera Verón. Aunque el pueblo paraguayo no
pueda participar en la designación de sus autoridades, estas le
deben todavía algún respeto.
Las
declaraciones del Fiscal General Aníbal Cabrera Verón sobre la
condena a diez años de prisión que ha sido impuesta al señor
Oviedo, arrojan más dudas que las que ya existían sobre la validez
del proceso de la que es resultado y provienen, esta vez, de uno de
sus principales artífices.
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