Todo el Paraguay se pregunta en estos momentos cómo es que
no ha caído aún el gobierno de Luis Ángel González Macchi, quien
ha perdido el apoyo de las principales fuerzas que lo sustentaban,
desde los radicales auténticos (PLRA) hasta los argañistas (MCR),
incluyendo al gobierno norteamericano.
A González Macchi solamente le quedan sus leales en el
partido Colorado que son pocos, el partido Encuentro Nacional y el
gobierno de Fernando Henrique Cardoso, en Brasil.
Este último es importante y tal vez haya llegado a ser el único
sostén real del presidente desde que sus amigos en el coloradismo y
el Encuentro Nacional son elementos cada vez más marginales de la
vida pública.
Algunos
observadores dicen que el verdadero soporte del gobierno es la
familia Stroessner quien, a través de Icho Planás, estaría
disputando con Wasmosy la preeminencia en el poder.
Una respuesta que se ensaya para explicar el extraño fenómeno
de un gobierno sostenido en el vacío es que nadie lo empuja, lo que
le permite esta supervivencia inercial.
Nadie con interés suficiente, pues es público y notorio que
los aliados de Juan Carlos Wasmosy están haciendo todo lo que está
a su alcance para aprisionar a González Macchi a fin de hacerse
cargo del régimen.
El régimen
inaugurado el 28 de marzo de 1999 no está siendo discutido por
nadie de los que han retirado su apoyo a González Macchi. Yoyito
Franco se vanagloria, siempre que puede, de que sus credenciales y
títulos del "marzo paraguayo" garantizan que él no
restaurará la democracia sin proscripciones que existía en
Paraguay hasta ese infausto día.
La ofensiva de Wasmosy no se trata tanto de hacer renunciar a
González Macchi, en cuyo caso disponen ya del reemplazo
constitucional, como de debilitarlo tanto que quede sometido
al diktat wasmosista.
Otra explicación es que nadie, en el régimen, se atreve a
dar el empujón definitivo por temor a que con él se desbarranque
la dictadura toda entera, por miedo a que González Macchi arrastre
con él a todos.
Sin embargo, la supervivencia inercial del gobierno solamente
agudiza los problemas del régimen. El país está cada vez peor, la
gente es cada vez más pobre. Si la sociedad llega a tomar
conciencia organizada de que el problema no es González Macchi sino
el régimen inaugurado el 28 de marzo de 1999, la supervivencia
inercial del gobierno también puede arrastrar a todos los
coaligados de marzo (MRC, PLRA, wasmosistas, encuentristas, algunos
importantes empresarios, Iglesia Católica, Brasil y Estados
Unidos).
Es decir, están en un juego riesgoso. Cualquier jugada que
hagan es peligrosa.
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