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Deuda o inflación

Enrique Vargas Peña

13 de octubre de 2000

 

El ministro de Hacienda, Francisco Oviedo, adelantó que si el Congreso no autoriza una emisión extraordinaria de bonos, por valor de 85 millones de dólares, se verá obligado a utilizar los fondos depositados en el Banco Central del Paraguay, para cubrir el déficit fiscal.

Los bonos se usarían además para pagar salarios y aguinaldos de diciembre y el uso de los fondos de Hacienda en el Banco Central incrementará la cantidad de dinero en circulación, lo que significa, en términos sencillos, más inflación.

Y la inflación es un impuesto encubierto, pues la pérdida de valor adquisitivo de la moneda es la contribución que hacen los ciudadanos para que el gobierno cubra sus gastos con más dinero.

Es decir, el gobierno está poniendo al contribuyente ante una disyuntiva de hierro: o paga el déficit mediante un mayor endeudamiento o lo hace mediante el impuesto inflacionario.

El ministro Oviedo no plantea la solución obvia: cortar los gastos del gobierno.

No lo hace porque estos gastos del Estado, que en el vigente y en el próximo presupuestos no son inversiones sino meros pagos de salarios y beneficios a sus amigos, son la clave del poder del gobierno, sin la que no podría sobrevivir mucho tiempo.

El gobierno, pues, prioriza, su supervivencia antes que la suerte del país y en ese orden de cosas, amenaza con agregar la inflación a los males que aquejan al país con tal de mantenerse.

El oficialismo transfiere a la ciudadanía el costo de su poder, sin mostrar voluntad alguna de realizar los sacrificios que la situación de crisis impone y que él mismo exige al país.

El Congreso, que recibe estas presiones, está en posición de rechazarlas y de poner las cosas en su verdadera dimensión, modificando radicalmente el presupuesto de 2001, imponiendo allí los cortes que sean necesarios para equilibrar la situación, tal como lo piden los empresarios y como lo espera la sociedad.

Sin embargo, como los más importantes jefes políticos del país figuran entre los clientes del gobierno, habrá dificultades en el Poder Legislativo para reunir una mayoría capaz de defender el poder adquisitivo de los representados.

         Es casi seguro que el ministro Oviedo termine por obtener una de las dos cosas que pidió, aunque si obtiene los bonos, la inflación no desaparecerá del horizonte, solamente esperará hasta mediados del año próximo. 

 

          

   

 

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